5.7.2020

Te convertí en una pieza de video. Toda una pieza. En honor a tí y cuando aun seguía contigo. Te hice una pieza de video. En honor a tu memoria. Cuando aun respirabas a mi lado en la cama sudada de sexo. Te guarde en una botella de perfume, toda una botella de cristal diseñada como los perfumes de las artistas pop que crean aromas de su mercadeo, cuando aún te podía oler en mis dedos.  

Fue una manera análoga de olvidarte.

Tal vez porque no podía resistir la idea de escribirle un fin a una historia sin comenzar. Te hice un recuerdo aun cuando vivía dentro de ti. Excavando con la lengua una esencia de algo que vi en ti la primera vez que nos cruzamos. Consumiendo, a estas alturas, algo que ya derramé en la composta.

Consumiendo, en el “glitch” de la computadora que dicen que hace el cerebro trabajar al doble.

Te hice una pieza escrita. Con dolor en el hombro de tanto aguantar el celular, de tanto contextualizarse en las redes sociales y de tanto bloquearte de la memoria. De restaurar la memoria a evitar la memoria a crear un patrón de la memoria a entonces nunca,  jamás volver a estar sorprendidx.